Don Miguel Palop, juez tras los trabajos en la empresa familiar, conocía bien los entresijos de esa justicia de cercanía.
A nadie debe extrañar cómo sublimó, en este poema, tal tipo de controversias, al remitirla al juicio salomónico.
Don Miguel Palop, juez tras los trabajos en la empresa familiar, conocía bien los entresijos de esa justicia de cercanía.
A nadie debe extrañar cómo sublimó, en este poema, tal tipo de controversias, al remitirla al juicio salomónico.