Curiosa anécdota la del litigio por los daños del perro.
Al parecer debió ser muy sonada pues los hijos del dueño del perro (los Ciges) también la dejaron escrita.
La notoriedad de esta publicación radica en cómo don Miguel Palop nos la presenta; tan así que nos hemos visto en la necesidad de presentarla en dos entregas.